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Elección del próximo jefe de RREE será clave para el futuro de la UE

Por: | Publicado: Jueves 28 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.
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Los líderes de los gobiernos de la Unión Europea (UE) se reunirán en Bruselas para seleccionar dos de los principales cargos del bloque para los próximos cinco años. En junio acordaron que Jean-Claude Juncker, el ex primer ministro de Luxemburgo, encabezaría la Comisión Europea, el órgano superior de la UE. Ahora deben decidir sobre los otros grandes cargos de la Unión.

Aún no está claro quién será el presidente del Consejo Europeo, el principal representante de la unión. Pero el creciente consenso es que Federica Mogherini, ministra de Relaciones Exteriores de Italia, será la próxima Alta Representante de Asuntos Exteriores.

El rol de Alto Representante de la UE debería ser uno de los más importantes de la máquina de Bruselas. En áreas como el comercio y el mercado único, la UE opera con cierta coherencia como un bloque. Pero en política exterior -ya sea tratando con Rusia, China o Medio Oriente- los grandes Estados miembros con frecuencia prefieren actuar en solitario.

Un Alto Representante fuerte puede ayudar a suavizar las diferencias entre los gobiernos nacionales. Él o ella también debe liderar el Servicio Europeo de Acción Exterior, un intento ambicioso de dar al bloque una máquina diplomática mundial que no ha cumplido con su promesa.

Los jefes de gobierno de la UE se caracterizan por hacer cambios de última hora. Pero si ella obtiene finalmente el trabajo esto sería decepcionante. En un momento de tensión internacional significativa, la UE podría haber optado por un gran bateador establecido para el cargo, como el ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, Carl Bildt, o su homólogo holandés, Frans Timmermans. Por el contrario, Mogherini era poco conocida antes de convertirse en ministra de Relaciones Exteriores de Italia, hace seis meses. Si es elegida, sería por las mismas razones por las que la británica Catherine Ashton consiguió el trabajo hace cinco años. Sería el resultado de una negociación compleja entre los Estados miembros en la que cada casilla está marcada, excepto la que dice “experiencia”.

Con el presidente Vladimir Putin que continúa amenazando a Ucrania, un área donde Mogherini sería motivo de preocupación es en su postura respecto de Rusia. El mundo empresarial italiano -sobre todo en áreas como la energía y la banca- sigue estando estrechamente vinculado a Rusia. Y en su breve periodo como ministra de Relaciones Exteriores, Mogherini ha expresado el deseo de Italia de apaciguar en lugar de enfrentarse al Kremlin. No debemos exagerar el problema que este aspecto supondría. La política de Europa hacia Rusia continuará estando dominada por la Alemania de Angela Merkel. Pero, éste no es momento para que cualquier alto funcionario de la UE sea visto como blando en Moscú.

La gestión de la diplomacia del día a día no sería el único desafío para el próximo Alto Representante. Tal vez la tarea más importante será trabajar con el resto de la Comisión para ayudar a que la UE desempeñe un papel más estratégico, que refleje el peso del bloque como una potencia económica mundial.

En este punto, la UE ha fracasado gravemente en los últimos cinco años, sobre todo cuando se trata de la Política de Vecindad europea, cuyo objetivo es ayudar a la estabilidad política y económica en más de una docena de estados en África, Medio Oriente y Europa oriental.

El próximo Alto Representante debe hacer un mayor esfuerzo para conectar la política de la UE en áreas como la ayuda, el comercio, la migración y la diplomacia. Ayudar a estabilizar los estados como Libia y Mali y hacer frente al problema de la migración a través del Mediterráneo debe estar mucho más arriba en las prioridades internacionales de la UE.

Quien sea que desempeñe el cargo de Alto Representante de Asuntos Exteriores -ya sea Mogherini o alguien más-, necesitará tiempo para poder familiarizarse con el papel. Sería un error prejuzgar cualquier candidato, dado que algunos estados, como Reino Unido, están enviando a relativos desconocidos a Bruselas.

Pero lo que no cabe duda es que Europa necesita un fuerte jefe de política exterior que puede ayudar a la UE a tener una voz más fuerte en el mundo.

Si el trabajo es para Mogherini de Italia, esto sería decepcionante.

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